La planta que salvó a un pueblo

“Antes todo era monte, hasta que vinieron las máquinas para aplanar los terrenos y construir la carretera”, cuenta Edwin Vásquez, quien a sus once años ha visto cómo, en poco tiempo, las cosas han comenzado a cambiar en el centro poblado José Carlos Mariátegui, ubicado en el departamento de San Martín. En 1982, este era solo un monte agreste, un paraíso escondido donde la gente construía sus casas con materiales limitados y trabajaba la tierra de manera incipiente. Veinte años después, empezaron los cambios.

A primera vista no se observan muchas casas, pero sí un extenso tapiz verde donde crecen árboles de palma aceitera. La naturaleza del lugar ha contribuido de manera generosa a su crecimiento: los suelos, las lluvias, la temperatura tropical y la humedad de nuestra Amazonía forman el escenario perfecto para la adaptación de esta planta oleaginosa. Sin embargo, nada hubiese sido posible sin un grupo de familias de Mariátegui que a punta de tenacidad y constancia ha trabajado la tierra y hoy cosecha los primeros frutos de su esfuerzo.

La paciencia ha dado resultado en el centro poblado José Carlos Mariátegui: después de tres años, la palma produce sus primeros racimos.

“La palma aceitera es un producto rentable que se cosecha cada diez a quince días, y a medida que la planta crece el fruto aumenta en tamaño, peso y calidad”, asegura Rodolfo Vásquez, presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Mariátegui. Este espléndido cultivo produce frutos durante 25 años de manera ininterrumpida, asegurando puestos de trabajo para todos durante largo tiempo. De los frutos se extrae el aceite vegetal, que es utilizado puro para la elaboración de productos domésticos y para el mercado industrial.

“Las asesorías técnicas y el apoyo que nos ha brindado la empresa han sido muy importantes”, cuenta Noe Medina, propietario de plantación de palma. Los productores agropecuarios saben que, si mantienen un alto nivel de productividad, cada hectárea de terreno puede llegar a producir de 23 a 25 toneladas de frutos por año. Ellos ya tienen pensado en qué invertir: “La Asociación ha planeado comprar camiones, porque va a hacer falta movilidad para transportar todo el fruto”. Por estos motivos y más, los agricultores sienten que la palma aceitera se ha convertido en el seguro educativo de sus hijos y que es la pieza clave para el desarrollo de su pueblo.

599.2 toneladas métricas fueron cosechadas desde el 4 de septiembre al 5 de diciembre del 2007.

Tienen la certeza de que en pocos años crecerán al igual que sus vecinos del centro poblado menor de Santa Lucía, que desde hace dos décadas también intervienen en los procesos de producción de palma. Santa Lucía cuenta con colegios de educación inicial, primaria y secundaria, postas médicas, complejos deportivos y comisaría. Así como su infraestructura, el número de sus habitantes ha crecido: miles de personas de todas partes del país (principalmente de Huánuco y La Libertad) llegaron para establecerse en una zona que progresa y necesita mano de obra para la producción de palma.

“Antes, el colegio no tenía esta infraestructura. Todo era palitos y maderas. La extrema pobreza era tremenda y había mucha desnutrición, ahora no. Ya se ve que la gente compra sus bicicletas, sus artefactos eléctricos”.

María Elizabeth Román Espinoza
Directora del colegio primaria de José Carlos Mariátegui y propietaria de plantación de palma

Los agricultores de Mariátegui también están generando puestos de trabajo, ya que la ayuda de sus hijos mayores ha resultado insuficiente y necesitan contratar más personal que apoye en los procesos de polinización, cosecha y mantenimiento de sus plantaciones. Se espera que el flujo migratorio del pueblo aumente y que las personas que vienen en busca de empleo puedan residir con sus familias y adaptarse a esta comunidad que planea llegar tan alto como una palma adulta. ■


El texto –con fotografías de Giancarlo Shibayama– forma parte de la publicación Responsabilidad Social Empresarial del Grupo Romero. Fue presentada en el 2008.

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Redaccion Apacheta

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