La generación E

“No sabemos identificar las oportunidades que nos brinda la tierra donde hemos nacido. A veces los jóvenes tenemos una visión cortoplacista y, en la búsqueda de nuevas oportunidades, hemos dejado de lado el legado de nuestros padres. Sin embargo, somos ya varios los que hemos optado por buscar un espacio entre los nuestros. Los ingresos que podemos obtener de la minería son momentáneos; los de la tierra, por el contrario, son duraderos”.

La historia de Alcides Torres es la de un joven inconformista, que quiere cambiar el mundo, y que, para lograrlo, siempre ha tenido que nadar a contracorriente. En su adolescencia tuvo claro que quería seguir una carrera universitaria relacionada con el campo; y lo consiguió. Este joven cusqueño, pero apurimeño de adopción, ha sido el primero de su familia en cursar estudios superiores. “En un principio, quería cursar zootecnia, porque mi papá es ganadero; pero cuando me enteré que existía una carrera enfocada en el desarrollo rural, no lo dudé más”. Actualmente reside en Vilcabamba y cursa el último ciclo de Ingeniería Agroecológica y Desarrollo Rural en la Universidad Nacional Micaela Bastidas.

Alcides siempre ha sido un líder nato. Con menos de 18 años su curiosidad le llevó a encabezar la secretaría general de la Federación de Campesinos de su comunidad. “Quería entender cómo eran las organizaciones por dentro. Fue un espacio más para aprender”, asegura. Durante ese tiempo, y a pesar de su inexperiencia y juventud, organizó varias ferias y congresos locales y de esta manera continuar con la labor emprendida por don Gregorio, su padre; pero de una manera más técnica. “La falta de recursos no ha sido una excusa para quedarme de brazos cruzados”.


Actualmente es el coordinador de la Red de Voluntariado Ambiental de la provincia de Grau, una iniciativa a nivel nacional que nació como una estrategia del Ministerio del Ambiente para el fortalecimiento de la cultura ambiental, la participación ciudadana y la equidad social en los procesos de toma de decisiones. “Queremos impulsar el compromiso de las municipalidades provinciales y distritales para que incluyan proyectos de gestión ambiental planteados por los comités de jóvenes de la región”.

Una de las acciones más exitosas que esta red ha realizado hasta el momento ha consistido en limpiar parte del cauce del río Vilcabamba. Desde Totora hasta Curpahuasi, un batallón de jóvenes ambientalistas, organizados en brigadas, peinaron la zona eliminando plásticos y basura que degradaban el espacio. La campaña “Mi río es limpio” fue posible gracias al apoyo del Proyecto “Promoviendo el Manejo Sostenible de la Tierra” que facilitó los recursos que se invirtieron, entre otras cosas, en colocar carteles y basureros en las zonas de mayor concentración de personas a lo largo de una decena de kilómetros.

Alcides Torres busca impulsar, junto a otros jóvenes, la cultura ambiental en Apurímac.

“El MST está siendo un gran apoyo para las campañas de concienciación que realizamos porque nos apoya con capacitaciones y otras herramientas fundamentales que introducen el tema medioambiental entre los diferentes comités e instituciones”.


En estos días, y para contribuir al pago de sus estudios, Alcides trabaja en el levantamiento de información para la elaboración del censo agropecuario para lo cual recorre distrito por distrito y casa por casa. “Esta actividad me permite conversar con cada una de las familias. Aprovecho el tiempo para hablarles sobre cómo cuidar sus recursos y les dejo afiches y folletos”, comenta el casi licenciado. “¿Dónde se han ido las truchas? ¿Dónde está el sapito que ha desaparecido? ¿Por qué esta plantita está enferma?”, les hace cuestionar en cada visita. “Al hablarles de su realidad más cercana, el tema les termina interesando a todos; desde el alcalde hasta el director del colegio; desde la madre hasta el niño pequeño”.

La perseverancia de estos chicos, fanáticos de la ecología, ha logrado conquistar la voluntad de más de 200 jóvenes en diez distritos de la cuenca, de los cuales, Alcides, ve a una cuarta parte de ellos con serias posibilidades de continuar de manera activa esta labor de difusión.

El intercambio de experiencias es una pieza fundamental en la dinámica de la Red de Voluntariado. Por ese motivo, el 5 de junio de 2012, y coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente, organizaron la Primera Feria de Propuestas Innovadoras para el Manejo Sostenible de la Tierra. Actividades como ésta han supuesto que algunos proyectos hayan pasado de ser promesas a convertirse en realidad, como es el caso del tánkar, una especie forestal arbustiva, perfecta para ser usada como cerco vivo alrededor de las chacras y que, gracias a una iniciativa juvenil, los agricultores han comenzado a producir de manera sistematizada en los viveros comunales.

El próximo reto de Alcides será pasar, precisamente en el terreno académico, de la teoría a la práctica, y de esta manera concluir sus estudios de pregrado. Su tesis gira en torno a la producción orgánica del cilantro con humus de lombriz, para lo cual ha alquilado una pequeña chacra en las afueras de Vilcabamba donde demostrará, en los próximos meses cómo, con recursos locales, se puede producir respetando el medio ambiente. “Convenceré a los comuneros con el ejemplo”, asevera convencido.

“Si no sembramos nada; nada tendremos que cosechar. Sin embargo, si consumimos los frutos que produzcamos, gozaremos de seguridad alimentaria; tendremos más confianza en nosotros mismos y, sobre todo, en nuestra tierra”, concluye el joven Alcides. ■


Crónica escrita por Carolina Martín –con fotografías de Antonio Escalante– que forma parte del libro Ecohéroes. Fue publicada por el MINAM en marzo del 2013.

Imagen por defecto
Redaccion Apacheta

Deja un comentario