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El hombre que mira al cielo sale de su casa y mira al cielo. Si el viento viene del oeste, y las nubes se ven negrizas, se dice, lloverá. Si viene del sur, quizá hiele. Se persigna, y se despide de su esposa y sus dos hijos pequeños.
Apu Laramani,
oqque punchuyuq tiyasian,
wawankunataqmi,
oqque punchunta khawarispa,
sonqon llanllarishian.
Apu Laramani,
hisp’ayta kallarimushianña,
pachamamanchis ph’uturinanpaq,
chaywantaqmi wawankuna
kausananpaq.
Parañawiyuqmi,
phuyukunalloqsirimushian mama
lamarqochamanta, llactanchiscuna
qomeryananpaq.
[Oración en quechua que realizan los pobladores de Pumathalla, en Cusco, durante el pago a la tierra que le brindan al apu Laramani]

¡Apu Laramani / que estás sentado / sobre tu poncho gris (neblina). Nosotros, tus hijos, sentimos alegría / en nuestro corazón cuando te vemos así! / El Apu Laramani / ha comenzado a miccionar (llover) / para que nuestra madre tierra / dé sus frutos / y con eso sus hijos / podamos alimentarnos. / Las nubes, con lágrimas en los ojos (lluvia) / salen del mar y de las lagunas / para que nuestros pueblos / estén verdes. ■
Extracto de una crónica escrita por Raúl M. Riebenbauer –con fotografías de Antonio Escalante– que forma parte del libro Yachaykusun: Enseñanzas andinas frente al cambio climático. Fue publicada por la COSUDE y el MINAM en diciembre del 2014.