Un pacto con los árboles

“Nosotros cuidamos el bosque porque de él recibimos nuestros alimentos. También extraemos la shiringa que nos permite tener ingresos económicos para nuestras familias”. Carlos Quinchuya es un antiguo shiringuero que pertenece a la comunidad indígena ashaninka El Milagro, ubicada en el distrito de Puerto Bermúdez, provincia de Oxapampa, en la región Pasco.

En época seca, Carlos ingresa al bosque a través de las “estradas”, caminos de casi dos metros de ancho que los indígenas como él han construido y que conectan entre sí a los árboles de Shiringa (Hevea brasilensis), de donde extraen el preciado látex.

El látex o caucho natural se extrae de la corteza del árbol de la shiringa

Actualmente, Carlos maneja seis hectáreas de bosque. Es un promotor entusiasta de esta actividad y se ha convertido en un capacitador entre sus hermanos indígenas. El manejo natural de la shiringa en los bosques no intervenidos es una actividad que las comunidades indígenas desarrollan por tradición. Carlos desde hace años enseña a los jóvenes la manera más adecuada de realizar la extracción del látex: la aplicación de cortes en el árbol, la preparación química para producir el jebe, y el laminado y secado del caucho.

Una vez finalizado el proceso de recojo del látex, este es llevado al campamento de producción.

“Nosotros entramos al bosque para sacar látex cuando no cae la lluvia; porque si llueve, no podemos cortar el árbol y perdemos el látex. Además, podríamos malograr el árbol. Sabemos cómo cortarlo y en qué momento, sino podemos perderlo todo”, sostiene con seguridad Carlos con la experiencia que le dan los años al cuidado del bosque nativo.

El látex fresco es separado de las impurezas.

La familia Quinchuya es una de las 200 familias indígenas que participaron en el proyecto Aprovechamiento del caucho silvestre, financiado por el Programa de Desarrollo Alternativo en las Áreas de Pozuzo – Palcazú (PRODAPP), que buscó generar ingresos económicos mediante el manejo adecuado de tres mil hectáreas de bosques nativos.

Una vez que el látex ha coagulado, se pasa por la prensa laminadora.

Los participantes asociados en la AFAPROCAP recibieron herramientas e insumos necesarios para la extracción adecuada de látex, además de pequeños módulos de transformación y laminado. En los últimos años, con esta actividad han reducido la presión sobre los recursos naturales y han protegido sus bosques de las quemas y de la extracción irracional de la madera.

Luego, las láminas son colgadas para el secado.

Estas acciones responden al resultado 3: los gobiernos locales, la sociedad civil y la población conocen y aplican sistemas sostenibles de manejo de sus recursos naturales y ambientales. Además se ha conseguido que las propiedades estén delimitadas y legalmente reconocidas.


El texto –con fotografías de Enrique Castro-Mendívil– forma parte de la Memoria PRODAPP, que fue publicada en el 2007.

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Redaccion Apacheta

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