Reciclar para vivir

Yolanda Agüero nunca pensó que le debería tanto a la basura: gracias a esta construyó su casa, alimentó a su familia, educó a su hija. Y todo lo logró en menos de diez años: ella empezó a dedicarse al reciclaje en 1999 junto con un grupo de mujeres en un botadero de Villa El Salvador.

En aquellos días todo era precario: la salud de las mujeres era en lo que menos se pensaba. El objetivo era, simplemente, recolectar la mayor cantidad de basura que luego se pudiera vender. En aquellos días, también, las mentiras y los engaños, a causa de la informalidad, eran moneda corriente: en un inicio, el botadero tenía un “supuesto” dueño que les decomisaba todo lo recolectado cuando encontraba a las mujeres trabajando. El sujeto argumentaba que invadían una propiedad privada.

Cansada de esta situación, Yolanda acudió a la municipalidad buscando una solución. Luego de muchas averiguaciones, descubrió que el botadero no tenía dueño, y que el hombre era un estafador. Ante la urgencia de protegerse de este tipo de personas, se inscribió en Registros Públicos, junto con otras diez mujeres. Empezó a ser una recicladora formal.

Yolanda Agüero y sus compañeras recibieron entonces capacitación por parte de la municipalidad, consiguiendo luego la autorización para trabajar en zonas degradadas de forma temporal. Gracias a esto, pasó de ganar ocho soles diarios a casi treinta soles, lo cual consideraba una pequeña fortuna.

Producto de su esfuerzo y trabajo como recicladora, Yolanda fue elegida entre más de 600 recicladores para hablar en nombre de ellos en enero de 2009 durante la presentación de la campaña Recíclame, cumple TU papel, una iniciativa de la papelera Kimberly-Clark Perú impulsada por el Comité de Papeles y Cartones de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI). Hoy Yolanda Agüero es presidenta de la Asociación Sumac Wayra, en Cañete.


Pero la historia de Yolanda es solo una de las miles de historias que se dan en medio cerros y cerros hechos de botellas, latas, periódicos, cajas de cartón y desechos de comida. La legalización de esta actividad ha supuesto el reconocimiento por parte del Estado de 100 mil personas que reciclan cerca de 292 mil toneladas de residuos sólidos por año. Recicladores que trabajan diariamente más de catorce horas, sin feriados ni beneficios laborales. Se estima que solo en Lima se producen 7 mil toneladas diarias de basura, de las cuales casi la mitad son residuos no degradables a los que se les puede dar un segundo uso. Sin embargo, solo un 15% es reutilizado por las industrias manufacturera y metalúrgica. El resto es desperdiciado por la ignorancia o el poco interés de la población en cuidar los recursos.


¿Cómo vencer esta realidad? ¿Cómo lograr que gente humilde como lo son las personas que se dedican al reciclaje logren mejores condiciones de trabajo? Jorge Salcedo, miembro de la Asociación Aturca Callao, puede ser un buen ejemplo de cómo se puede lograr ese cambio. Él trabajaba en la Municipalidad del Callao a inicios de los años noventa. Luego de perder su empleo, Salcedo se dedicó a tiempo completo al reciclaje y junto a Walter Correa fundó, en 1999, la Asociación Aturca Callao con el fin de lograr un trato más justo para los recicladores. En la actualidad, su asociación tiene un gran protagonismo en el Callao. Posee 1.200 socios y organiza importantes eventos como el “Recicla Callao”. Jorge Salcedo nunca imaginó las toneladas de felicidad que lograría gracias a lo que otros desechan.

Un caso diferente, pero igual de aleccionador, es el de Carlos Puré, presidente de la Asociación Virgen del Carmen de San Luis. De padres provincianos e iletrados, llegó a Lima en los años setenta, cuando el reciclaje no era bien visto y las personas que trabajaban en este sector eran maltratadas. A pesar de todas las dificultades, sus padres lograron generar el suficiente dinero para poder pagarle los estudios. Durante doce años, debido a su condición ilegal, sufrió constantes decomisos.

Luego se trasladó a San Luis, donde se formalizó. Hoy tiene 38 años y afirma que, gracias a su trabajo, logró que sus hijos tengan una buena educación. De algún modo, Carlos Puré es también un sobreviviente: luego de mucho tiempo, encontró su espacio sin dejar que la realidad lo amilanara.


Sábado. Tres de la tarde. El sol en las calles de Comas agobia, el tránsito es pesado, la bulla infernal. A pesar de ello, Mary Conchucos y su esposo, Alfredo Hernández, empujan sus triciclos como si nada de eso les molestara. Finalmente, hoy poseen facilidades que antes hubieran sido impensables. Hace diez años, cuando empezó como recicladora, Mary llevaba la basura con las manos. Cartones, botellas de plástico, periódicos. Cargaba todo lo que podía. Tiempo después se volvería reciclador también su marido: como albañil no ganaba lo suficiente para mantener a sus tres hijos. Hoy todo es distinto. Ambos se formalizaron hace cuatro años. Mary y su esposo forman parte de la Asociación de Recicladores Nueva Jerusalén impulsada por la Municipalidad de Comas

El papel de las municipalidades es fundamental en la vida de los recicladores. Las normas que fomentan estas pueden ser decisivas para cualquier persona que trabaja con la basura. Yolanda Aguilar, por ejemplo, es parte de la Red de Comités Ambientales de Villa El Salvador. Esta red fomenta el reciclaje a través de cupones que se entregan a los vecinos que dan material ya seleccionado. Cada cupón significa veinte por ciento de descuento en el pago de recojo de basura que cobra la municipalidad. “Nuestro trabajo es modesto, pero muy importante”, dice Yolanda, quien antes era vendedora ambulante. Como el reciclaje le daba mayores ingresos, animó también a su hermana Clara a trabajar en los Comités Ambientales. Ambas llevan siete años trabajando en las calles de Comas.


Ni Mary ni Clara ni Yolanda saben de cifras o grandes estudios ambientales, pero sí conocen lo duro que es su trabajo. Un trabajo que es, sobre todo, social, económico y ambiental, y que permite un gran ahorro de dinero.


El día que se inauguró la campaña Recíclame, 600 recicladores pertenecientes a más de 50 asociaciones de todo el Perú escucharon estas palabras del ministro del Ambiente, Antonio Brack: “Me alegra mucho estar reunido el día de hoy con peruanos tan importantes. Mis mejores aliados en mi ministerio son los recicladores”. Era una forma de reconocer, por fin, su trabajo. Al ser incorporados como actores principales a esta campaña, los recicladores trabajan con varias empresas bajo un marco legal, reduciendo los niveles de informalidad que existen hoy en día.


Según la Organización Panamericana de la Salud, el manejo de residuos sólidos municipales tiene aspectos críticos. En el informe “Manejo de Residuos Sólidos Municipales en América Latina y el Caribe” se sostiene que los gobiernos de la región no han identificado aún los beneficios económicos que trae consigo el adecuado manejo de los residuos sólidos y residuos peligrosos.

Es por ello que el objetivo principal de Recíclame es crear conciencia sobre la importancia del reciclaje de papel para preservar el medio ambiente. Pero también lo es disminuir la informalidad en la cadena de reciclaje. Se busca reducir la importación de papel reciclado y el ahorro de hasta el 25% de la energía empleada en el proceso de fabricación de papel. En doce meses, 460 empresas de todo el país se han unido a esta campaña y han logrado acopiar 2.580 toneladas de papel, lo cual equivale a casi un 50% más de lo recolectado durante el 2008.

La creación de iniciativas empresariales y la aprobación de la Ley del Reciclador son dos hechos que destacan la importancia de los recicladores en el país. Su confianza les ha hecho proponer a Lima como ciudad candidata a ser sede del IV Congreso Latinoamericano de Recicladores que se realizará en el 2010. Aún nada está definido. Sin embargo, este sería un gran impulso para que la población entienda la importancia de reunir a representantes de los 2 millones de recicladores que tiene América Latina en nuestro país y así interiorice la frase con la que Antonio Brack inauguró la campaña hace ya un año: “Tenemos que cambiar nuestra mentalidad. Ya no hablemos de basura, hablemos de residuos sólidos, de insumos para fabricar nuevas cosas”.

Al 2023, existen 180 mil recicladores en el Perú; de ellos solo el 3% ha sido formalizado. Aunque esta cifra representa un avance, queda todo un camino por delante para aumentar la formalidad y maximizar así el aprovechamiento de las más de 21 mil toneladas de residuos generados anualmente en el país.


Una historia de la campaña Recíclame, Cumple TU Papel, elaborada por Fábrica de Ideas. Fue publicado por Kimberly-Clark Perú en el 2010.

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Redaccion Apacheta

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