Las montañas y nevados de nuestro país están amenazados por el cambio climático y, en algunos casos, la explotación de sus recursos naturales. La cosmovisión de las comunidades de los Andes del Perú no podría entenderse sin conocer lo que los apus representan para estas. Por esta razón, en nuestros viajes alrededor del país hemos captado algunas de las montañas que tomaron luego un papel importante al momento de narrar las historias de diversos lugares y personajes. El resultado de esas imágenes siempre ha sido impactante.
El Perú no podría entenderse sin comprender antes su territorio, y con ello lo que representan sus montañas y nevados para las personas.
Cumbres de la Cordillera Vilcanota, en el Cusco, a 4.330 metros de altitud.
El imponente glaciar Quelcaya, al sureste del Perú.
Donato Bermúdez y Luz María Quispe realizan una ofrenda junto a una laguna producto del deshielo del glaciar Quelcaya.
La Cordillera de los Andes es una de las cadenas montañosas más impactantes del mundo.
Las familias de Acpitán, en Apurímac, viven rodeada de montañas. Ellas sueñan con vivir de la agricultura orgánica y el turismo sostenible.
Las apachetas, además de ser levantadas a modo de ofrenda, representan el vigor de los caminantes en medio de las montañas.
Desde el valle de Conchucos, en Áncash, se puede observar la Cordillera Huayhuash.
Muchos nevados constituyen el origen de las principales cuencas y fuentes de agua de sus alrededores.
El entorno de las montañas alberga una importante reserva de diversidad biológica y de población con conocimientos ancestrales.