Los herederos de Guamán Poma (I)

Han pasado cuatro siglos, pero en muchos aspectos la vida de Sondondo ha permanecido inalterable. En una época en la que el WhatsApp está cerca de cumplir 15 años y las redes sociales continúan reinventándose, las pequeñas localidades de este valle todavía conservan un efectivo sistema de comunicación a través del repique de las campanas. “Donde no llega la cobertura del móvil, el sonido del badajo nos alerta al instante de cualquier cosa que sucede en cada rincón”, puntualiza la comunera Sayda Huarcaya.

Los habitantes de las tierras altas del valle del Sondondo se dedican a criar alpacas. Los de las tierras bajas, a 2300 metros sobre el nivel del mar, a gestionar los complejos sistemas de andenes ‒se han contabilizado unas 5600 hectáreas– en los que cultivan, desde la época wari, maíz, papa nativa, quinua y diferentes tubérculos andinos.

Mantener un sistema integral de manejo de suelos, agua, animales y plantas, que ha transformado el paisaje en un lugar generoso para la vida, les ha permitido formar parte de la Lista Indicativa del Perú, que agrupa a los sitios del patrimonio cultural y natural propuestos para su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Un texto elaborado por Fábrica de Ideas, con fotografías de Enrique Castro-Mendívil, forma parte del proyecto Paisaje Cultural de la Humanidad Valle del Sondondo, producido por el PRODERN y la Cooperación Belga en colaboración con el Ministerio del Ambiente y el Ministerio de Cultura.

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Redaccion Apacheta

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