La semilla del progreso

La geografía de Piura está salpicada por una infinidad de pequeñas chacras donde domina el algodón. Y de todos, el pima es el rey. El famoso Gossypium barbadense, el algodón pima extralargo, hunde sus raíces ancestrales en estas tierras. Su excelente calidad, que hace las delicias de los consumidores finales, a duras penas consigue satisfacer las necesidades básicas de las familias que lo cultivan.

Unos cinco mil agricultores comienzan el año agrícola en enero con la siembra de la semilla. La primera cosecha se recoge en abril y la última a finales de agosto. Sin embargo, los beneficios no llegan a muchas familias dueñas de minifundios de dos o tres hectáreas, que tuvieron que migrar a cultivos más rentables. Si la superficie no puede aumentarse, la solución es mejorar la producción: ese fue el punto de partida del programa de mejoramiento genético del algodón pima. Carmen Rosa Arribas, gerente general de Textil Piura, tiene claro que, para lograrlo, el mejor camino es la investigación. Durante los veintitrés años que tiene el programa, ella ha tenido que mantener esta partida presupuestal, que supone un esfuerzo económico importante y no genera resultados palpables inmediatos. “Con este programa queremos conseguir que el algodón pima peruano mejore el elemento que le falta: la resistencia, y además, que mejore la rentabilidad del agricultor. Eso se consigue solo con una fibra de más productividad”, asegura.

Desde 1984, el fitomejorador Raúl Nieves ha liderado este grupo de trabajo, compuesto por dos ingenieros y dos técnicos. La figura del ingeniero Nieves es fundamental en la historia del algodón pima peruano. A principios de los ochenta, él fue llamado a formar parte de un selecto equipo de investigadores genetistas algodoneros en Arizona, EE. UU. Después de dos años, Raúl regresó a su natal Piura. Gracias a sus investigaciones se han obtenido cuatro variedades de pima mejorado y perfectamente adaptado. La semilla de las tres primeras variedades se siembra desde hace varios años y la cuarta está a punto de culminar su proceso de laboratorio. Precisamente esta última variedad es la que roba más horas de sueño a este particular grupo de investigadores.

Cada apunte ha sido guardado en los archivos del laboratorio de la universidad. El particular historial resalta que hasta el momento se han desarrollado más de 300 líneas genéticas, pero solo las mejores han pasado a formar parte del material maternal de la variedad. Esas semillas, tras su cultivo, crecimiento y cosecha, han producido ya la primera simiente básica, de la que se obtendrá la semilla registrada que será certificada por el Ministerio de Agricultura.

Los investigadores tienen fe en que este proceso frenará la degeneración en la productividad y calidad que sufría el algodón más peruano por la falta de control y cuidado. ¿Qué hace que la fibra del algodón Vicus sea tan especial? Mientras una planta de algodón pima mide aproximadamente dos metros, las plantas del vicus no superarán el metro veinte, lo que permitirá que la siembra de más plantas por hectárea, mejorando así la rentabilidad. Además, el proceso de maduración se acortará de 210 a 180 días, y en el campo, 30 días es mucho tiempo: los agricultores podrán obtener hasta tres cosechas de una sola siembra.

Pronto comenzará la etapa de capacitación de los agricultores receptores de esta nueva semilla, ya que saber sembrarla y cuidarla será fundamental para asegurar la supervivencia de la cadena productiva que por doce años ha impulsado el gobierno regional e Industria Textil Piura.

Aunque la ciencia maneja sus propias velocidades, todo indica que durante el 2009 se sembrará la planta cuyo algodón servirá para confeccionar, un año después, las primeras prendas de algodón pima Vicus. Estas tendrán como características el buen tacto, la sedosidad y sobre todo una gran resistencia, casi tan grande como la de este equipo humano que ha dedicado veinte años de su vida profesional a impulsar el desarrollo de la investigación en el Perú. ■


El texto –con fotografías de Giancarlo Shibayama– forma parte de la publicación Responsabilidad Social Empresarial del Grupo Romero. Fue presentada en el 2008.

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Redaccion Apacheta

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