El alimento que cayó del cielo

Un mito cuenta que hace miles de años, en los Andes del Perú, hubo un pueblo dominado por malos gobernantes. La gente moría de hambre. Rogaban a sus dioses por ayuda. Un día, estos se compadecieron y arrojaron a la tierra unas semillas. De ellas brotaron plantas de flores moradas. Al verlas, los gobernantes las exterminaron. Los apus ordenaron al pueblo que buscara bajo la tierra y hallaron la papa. Al comerla, se hicieron fuertes y se rebelaron. La papa se convirtió en el alimento vital de su cultura.

Muchos siglos después, las conquistas, las guerras, las hambrunas y el comercio dispersaron ese cultivo por todo el mundo. Desde América hasta Europa, Asia y África. Desde el altiplano peruano-boliviano hasta los 151 países que cultivan papa en la actualidad. La compleja geografía de los Andes ofreció a la humanidad algo único en el mundo: un conjunto de climas y pisos ecológicos, donde se desarrolló una asombrosa diversidad de plantas y animales.

Las variedades de papa nativa que se cultivan en el Perú son prueba de una serie de técnicas y conocimientos que han atravesado todas las etapas de la historia, y que está presente en casi todo lo que consumimos: desde el vodka hasta las papas fritas del fast food; desde algunos fármacos hasta cosméticos; desde un platillo de cocina molecular hasta la olla casera.

La papa alimenta a más de mil millones de bocas en todo el planeta. ¿Podemos imaginar un mundo sin ella? ■


Un texto de David Hidalgo, con fotografías de Enrique Cúneo y Omar Lucas. Fragmento del guion de la Vitrina del Gran Mercado, de la Feria Gastronómica Mistura 2012. Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega).

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Redaccion Apacheta

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