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Aprovechar nuestro patrimonio natural de manera sostenible es clave para mejorar la calidad de vida y el bienestar de todos. Relacionarnos con él de manera sostenible —cuidando el ambiente, generando valor e impulsando la inclusión— representa una gran oportunidad. Estos son los principios que nos guían para conservar y aprovechar nuestros recursos naturales y biodiversidad por el bien de todas las personas.
1. LA CASA COMÚN QUE TODOS PROTEGEMOS.
El Perú es un paraíso megadiverso con una valiosa riqueza natural y cultural para el planeta. Así, la responsabilidad de proteger nuestro ambiente se incrementa de forma exponencial, lo cual hace que las acciones que realizamos como país tengan un protagonismo clave frente a las amenazas del cambio climático a nivel mundial. La biodiversidad puede mejorar nuestra calidad de vida, y por ello no solo cuidamos nuestro capital natural nacional, sino que tenemos el compromiso de preservar las miles de especies de flora y fauna, y los diferentes ecosistemas que son fundamentales para el equilibrio ecológico y climático del planeta. De esta manera protegemos y compartimos la casa común.
2. UN FUTURO SEMBRADO HACE MILES DE AÑOS.
Los pobladores en el Perú han domesticado plantas y animales para su consumo durante más de cinco mil años. Por ello, en la tarea de conservación de nuestra biodiversidad, respetamos y buscamos preservar los saberes ancestrales de las comunidades rurales de la costa, los Andes y la Amazonía. No se puede dejar de mencionar que, una de las características que diferencia al Perú de otros países, es que en muchas de sus Áreas Naturales Protegidas habitan personas que deben hacer frente al cambio climático a partir de sus propias circunstancias. Considerando esto, su adaptación es planteada teniendo en cuenta las condiciones particulares de cada territorio y población, e identificando sus potencialidades y oportunidades. Por ejemplo, existen adaptaciones creativas e innovadoras en zonas andinas y de la selva que pueden servir de ejemplo y ser replicadas en otros lugares.
3. MUCHAS MIRADAS, UN MISMO OBJETIVO.
Nuestra biodiversidad ha sido históricamente la base y sustento del desarrollo del país. Los recursos que nos brindan nuestros ecosistemas, así como el estado de nuestro ambiente, inciden de forma directa en la economía, la agricultura, la salud, el turismo, la producción, la cultura. Si bien el Ministerio del Ambiente es el rector del sector ambiental, este es solo una pieza dentro de una institucionalidad más grande y que integra a todo el Estado, junto con otros ministerios, gobiernos regionales y gobiernos locales, así como con los distintos niveles de organización de la sociedad, pueblos indígenas y sector privado.
4. CIUDADANÍA QUE TRASCIENDE.
Es fundamental incentivar e impulsar permanentemente los esfuerzos de los ciudadanos y ciudadanas, instituciones y organizaciones sociales que contribuyan al conocimiento y conservación de la diversidad biológica. Estas iniciativas son importantes pues promueven la integración de la biodiversidad y el respeto por el ambiente en políticas, planes y programas de los principales sectores productivos. La participación de la ciudadanía constituye uno de nuestros activos más valiosos para el desarrollo y protección del ambiente.
5. NEGOCIOS SOSTENIBLES EN EL SIGLO XXI.
Impulsamos el crecimiento verde, lo cual trae enormes oportunidades de negocios sostenibles. Para ello creamos espacios de interacción e intercambio de información, conocimientos y experiencias con el sector empresarial para contribuir con la conservación de la biodiversidad y con un ambiente limpio. Hacer frente a los efectos del cambio climático es una tarea ineludible, pero con grandes oportunidades para nuevos negocios verdes. El Ministerio del Ambiente trabaja para convocar la participación y la toma de conciencia ambiental por parte de la empresa privada. ■
El texto forma parte de la publicación Perú. Conectados con la naturaleza. Fue presentada por el MINAM en enero del 2018.